El centrocampista cántabro realiza un papel fundamental en la sombra para sostener el bloque que forma el Cádiz de Sergio
Se podría decir que este Cádiz es como un puzzle, donde a cada jugador le corresponde una pieza. Así se vio en el encuentro contra el Alavés, en el que cada uno cumplió con su función y con nota.
Sin embargo, no todos se llevan el reconocimiento que merecen. El claro ejemplo para mí es San Emeterio. El ya ex del Valladolid realiza el que quizás, pueda ser el trabajo menos vistoso sobre el campo, anular al rival.
A nivel mediático no se suele llevar titulares, no se suelen ver camisetas con su serigrafía, cuando se pregunta al aficionado por nombres propios rara vez se escucha su nombre, pero la verdad es que siempre está ahí, realizando el papel que le pide Sergio al pie de la letra.
Tal es la magnitud, que si el mercado lo permite, uno de los principales objetivos para el conjunto cadista sería buscar un perfil que lo complemente, ya que en la actual plantilla no tiene un recambio natural.
Un “currante” nato que se ha ganado estar donde está. Fede, a sus 26 años, se ha convertido en uno de esos jugadores que siempre quiero tener en mi equipo.
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