Acabada una convulsa temporada 2022-23, donde he sufrido y llorado más que Marco buscando a su madre, es el momento idóneo para reflexionar sobre el Cádiz actual y su futuro

Aún sin tiempo para saborear el objetivo de la permanencia de nuestro Cádiz del alma, mi cabeza ya empieza a maquinar reflexiones, una tras otra, como si de una cadena de montaje se tratase. Y es que el Cádiz late fuerte en nuestros corazones, pero también forma parte de la mayoría de nuestros pensamientos.

Me encontraba en casa pensando en cenar, cuando de repente el Cádiz se cruzó entre el sándwich, la pizza o quizás una ensalada. Fijaos donde hemos acabado ahora, que ya no puedo evitar contaros todo lo que se me pasa por la cabeza de color amarillo.

Comienzo con la temporada recién finalizada. Dulce sabor final de boca para lo amarga que estaba siendo desde el principio. Como el que se toma unos cuantos “bitter kas” y al quinto termina sabiéndole a gloria. Nefasto récord histórico de inicio de liga (0 de 15 puntos), lesiones hasta de la tía segunda del utillero (mis respetos), errores garrafales del CTA y su sala VOR (el de Elche está en manos de la justicia ordinaria), falta de competitividad a domicilio (Vallecas, Wanda, Camp Nou, etc) y “pájaras” en partidos clave como el de Osasuna en casa. Pues el equipo se repuso a todo y contra todos. El espíritu Irigoyen en pleno 2023. Por mucho que nos frotamos los ojos para visionarlo con nitidez, seguimos sin creérnoslo.

¿Hemos aprendido algo como entidad de todo este sufrimiento? ¿Sabremos detectar los errores cometidos para no repetirlos?¿Es posible el “vender para crecer” que tanto pregonan desde la directiva? Preguntas lanzadas al aire para las que cada uno de nosotros tenemos respuesta, aunque lo realmente importante sea que las respuestas las tengan los que dirigen nuestro club.

Dejando a un lado esto, ¿que nos espera a los cadistas en el futuro?. Comenzaremos el próximo Agosto la cuarta temporada consecutiva en la élite del fútbol nacional. Momento idóneo para asentarse en la categoría. ¿cuáles son las directrices a seguir para pasar de ser un club que pelea por la permanencia a otro que luche por estar en la zona media sin pasar apuros?

Sin ser directivo ni pretender serlo, yo desde mi visión de aficionado intuyo varios aspectos “clave” para conseguirlo.

El primero de todos es la mejora del trato a la afición. Una afición que cuando las cosas se tuercen siempre está ahí. Una afición que, esta temporada con su aliento, ha llevado en volandas al equipo para ganar una final tras otra en el Nuevo Mirandilla. El Cádiz somos nosotros y aunque desde el club parecen ser conscientes de ello, aún queda mucho camino por recorrer en la relación club-afición.

En segundo lugar, es fundamental competir con una plantilla “de primera” a semejanza de la afición cadista. Sí, ya se que el señor presidente considera a la plantilla actual de primera, pero también eran de primera las de Elche, Espanyol o Valladolid y mira donde terminaron. ¿Qué quiero decir con esto? Pues es sencillo. Hay que mantener a la columna vertebral del equipo. Los Conan, Pacha, Iza, Fali, Escalante, Bongonda, Ocampo o Roger son fundamentales. A su vez, hay que dar salida a jugadores que han tenido un papel “residual” durante la actual temporada (todos sabemos quiénes son), para traer a jugadores que refuercen el nivel de esa “columna vertebral” existente. ¡Basta de probaturas! El pasado mercado invernal marcó claramente cuál debe ser la forma de fichar desde el club.

Por último y no por ello menos importante, es continuar con ese crecimiento social e internacional del club que se está realizando con éxito. Hoy en día tienes que llegar a todos los rincones del mundo y la antigua frase de que “el gaditano nace donde le da la gana” puede aplicarse perfectamente para el cadista. Cadistas por todo el mundo que nos hacen ser un club cada vez de mayor repercusión.

Bueno, tanta reflexión me ha abierto el apetito aún más. ¡Me voy a cenar! Cuídense y aprovechen ese maravilloso sabor dulce en la boca mientras puedan.