El conjunto del Cholo Simeone aplasta con una “manita” a un Cádiz que no estuvo a la altura.
El Cádiz aterrizaba en el Civítas Metropolitano para medirse ante todo un Atlético de Madrid, que encadenaba 16 partidos sin conocer la derrota. Un duelo que no dejó indiferente a nadie, ni a colchoneros ni a cadistas.
El conjunto amarillo sacaba un once repleto de rotaciones debido al desgaste físico de algunos jugadores, y a otros que estaban sancionados tras el encuentro anterior frente al Valencia CF. Los de Sergio González saltaron al verde con: Conan Ledesma; Iza, Jorge Meré, Momo Mbaye, Arzamendia; Iván Alejo, Rubén Alcaraz, Álex, Diarra, Bongonda; y Álvaro Negredo.
Los de Simeone sacaron sus mejores armas. El Atlético sacaba un once de gala para medirse al conjunto de la tacita de plata. El once inicial fue formado por: Grbic; Molina, Giménez, Witsel, Mario Hermoso, Carrasco; Koke, De Paul, Lemar; Griezmann y Morata.
Tras el pitido inicial, el Cádiz sufrió el primer mazazo del partido. Una gran jugada individual del belga, Yannick Carrasco por izquierda, quien tocó para Griezmann hacia atrás y disparo de primeras del francés. A los locales tan solo le bastaron dos minutos para ponerse por delante en el marcador.
Los rojiblancos no bajaron marcha y siguieron asediando el área amarilla. Esta vez sería Conan Ledesma quien evitaría el 2-0 en el marcador tras un peligroso centro que enviaba el lateral, Nahuel Molina, directo a la portería amarilla.
Pasados los 10 primeros minutos iniciales, el Cádiz tendría la más clara de la primera mitad. Una pérdida en medio campo de Witsel hizó que Rubén Alcaraz recuperara el esférico y se la enviara a Negredo tras verle desmarcado, el ariete vallecano lanzaba un potente disparo cruzado desde fuera del área que se fue desvíado del arco rojiblanco.
El Cádiz parecía animarse por algunos minutos. Una falta botada por Arzamendia al punto de penalti era rematada por Momo, quien de un testarazo de cabeza empujaría el balón hasta las mallas de la portería rojiblanca. De poco sirvió el buen remate del defensor del Cádiz, ya que el árbitro asistente levantaría el banderín por posición antirreglamentaria del central amarillo.
A la media hora de juego, el conjunto colchonero volvía a pisar el acelerador y ejecutó una perfecta jugada entre los franceses Griezmann y Lemar. El ariete francés, Griezmann, conectaba en el área una pared maravillosa con su compatriota Lemar, la cual acabó dejando solo al delantero rojiblanco para cruzar al fondo de las mallas inalcanzable para Conan Ledesma. El Cádiz parecía aturdido y ahogado en un mar de dudas.
El conjunto madrileño no paraba de crear peligro ante el equipo amarillo. El peligro estaba siendo constante por parte de la delantera rojiblanca. Esta vez sería Alvaro Morata quien dispondría de una clara ocasión que fue despejada por una gran intervención a bajo de Conan Ledesma. No obstante, a los dos minutos el delantero madrileño volvería a asustar a la portería amarilla con un remate al palo de volea.
El Cádiz, entre suspiros, llegaba al descanso con dos goles abajo en el marcador. Mientras, un Atlético eufórico, llegaba al túnel de vestuarios con media victoria en el bolsillo.
Sergio González decidía mover el banquillo en la vuelta a vestuarios. El Cádiz buscó más movimiento ofensivo para intentar materializar alguna posible ocasión de gol dando salida al Choco Lozano, quien sustituiría a Youba Diarra.
Tras la reanudación del encuentro, el Atlético volvía a poner tierra de por medio en el marcador. Corría el minuto 46 de la segunda mitad, cuando una buena jugada de Carrasco, quien le pasaba el esférico a Hermoso, el central rojiblanco se adentró dentro del área y jugó con facilidad para el delantero de la selección española, Álvaro Morata, quien recibió en solitario y definió perfectamente ante la salida de Ledesma, poniendo así el 3-0 en el marcador.
El Cádiz quedó totalmente abatido y decidió esperar a verlas venir. El Cholo insistió con firmeza que había que seguir atacando al cuadro cadista. Tan solo diez minutos después del 3-0, Soto Grado indicaría la pena máxima a favor del equipo local tras una fortuita mano de Rubén Alcaraz en el área amarilla. El encargado en lanzar la pena máxima fue Yannick Carrasco, quien no fallaría su oportunidad de aumentar la distancia en el marcador. El belga cruzaba la pelota a la izquierda de Conan Ledesma, quien adivinó el lado del lanzamiento, pero no fue suficiente para evitar el gol del extremo izquierdo, dando así lugar a el 4-0 en el marcador.
El Metropolitano era una fiesta. Los del Cholo estaban dirigiendo un fútbol de orquesta. El Cádiz volvía a mover el banquillo para buscar algo de frescura en el verde. Se retiraban en el minuto 61 del encuentro, Negredo y Álex Fernández, dando entrada a José Mari y Chris Ramos.
El Cholo también decidió mover el banquillo para dar descanso a los suyos. Salía del terreno de juego en el minuto 64, el goleador, Carrasco y entraba el argentino, Ángel correa. Mientras que en el 71 se marchaban Morata y Lemar, y ingresaban en el campo, Reguilón y Pablo Barrios.
Corría el minuto 72 en el luminoso cuando el conjunto gaditano consiguió abrir la lata en el marcador. El joven canterano De La Rosa, que acaba de ingresar al terreno de juego por Iván Alejo, asistía al Choco Lozano, quien desde el borde del área lanzaba un tremendo derechazo directo a la escuadra de la portería local defendida por Grbic. El hondureño ponía el 4-1 a en el marcador con un autentico golazo. El “9” amarillo conseguía de esta manera su primer tanto en la presente campaña.
Ni el gol del conjunto visitante sirvió a los locales para calmar su juego, un minuto después del gol amarillo, los rojiblancos volvían a materializar sus ocasiones en la portería de Ledesma. Una deliciosa asistencia de Rodrigo De Paul entre líneas, era definida por Nahuel Molina, quien recibió en solitario dentro del área y definió con mucha personalidad ante la salida de Ledesma. Un golazo que daba lugar a la manita de los rojiblancos sobre el Cádiz, dando así lugar al “Poker” de goles del Atlético de Madrid en el marcador, un marcador que ya lucia con el que sería el resultado definitivo, 5-1.
El árbitro indicaba el final del encuentro. Los de casa celebrarán con honores la victoria ante su afición. Un Cádiz que se marchaba a casa con una sensación muy mala de cara a la galeria.
El Cádiz no mereció puntuar en ningún momento del encuentro. Los de Sergio González no supieron estar a la altura de lo que la competición exige. La actitud sobre el césped de muchos jugadores dejó mucho que desear tanto al entrenador como al aficionado cadista.
El conjunto de Sergio Gonzalez sabía que era un partido muy difícil pero exigía como mínimo, competirlo hasta el final. Dicho deseo no se vio reflejado en los 90 minutos. El Cádiz sabía que era uno de los partidos que más dificultad tendría en el calendario que le resta. Ahora toca hacer borrón y cuenta nueva para seguir peleando por el objetivo, la ansiada permanencia.
Imágen destacada: NoticiasDe.es