Un Cádiz que venía herido, pero no muerto, resurgía de sus cenizas logrando tres puntos vitales ante un Valencia que se asoma a la segunda división
Un ambiente colosal en las gradas del Nuevo Mirandilla, como si de un circo romano se tratase, acogía el partido correspondiente a la jornada 29 de liga entre Cádiz y Valencia. Se medían en un duelo por la lucha de la permanencia con aromas de “final”.
Los ches visitaban la capital gaditana con la obligación de sacar un resultado positivo ante un Cádiz tocado anímicamente.
Ambos equipos sacaban sus mejores onces posibles pero con algunas sorpresas, como la presencia de Raúl Parra, Fali e Iván Alejo en el once amarillo. Mientras, los visitantes sorprendían con la suplencia de Gayá.

Tras el pitido inicial, las ganas y auras de final por parte del conjunto cadista no tardaron en llegar. El Cadiz tuvó la primera ocasión del partido en el minuto 4, cuando Chris Ramos cruzó un balón hacia la portería del conjunto valencianista que se marchaba por el lateral. El cuadro local, visiblemente ansioso por adelantarse en el marcador, volvió a tener claras internadas por la banda derecha de la mano de Iván Alejo. Al vallisoletano se le veía con ganas y ambición de revertir la situación deportiva que ha pasado esta temporada. Veinte minutos corrían en el marcador cuando un remate de Escalante se marchaba directamente a gol, pero repelió con un despeje perfecto Mouctar Diakhaby.

El cuadro de Sergio González supo ponerle el ritmo necesario al partido ante un Valencia totalmente replegado atrás. Corrían los últimos minutos previos al descuento de la primera mitad cuando tras un saque de banda botado por Luis Hernández, el gol andaluz iba a llegar. El balón cayó en la cabeza de Rubén Sobrino, quien peinó la pelota hacia atrás para dejar a placer el testarazo de Gonzalo Escalante, poniendo así el 1-0 en el marcador. Las gradas del viejo “Carranza” vibraban con el gol del argentino, que llevaba más de un mes sin tener presencia en el verde por lesión.

Los protagonistas se marchaban a vestuarios, con un Cádiz que había tenido el partido en la dinámica que le convenía y un Valencia “tímido” con el balón en los pies, al que se le ponía cuesta arriba el encuentro.
Tras el descanso, los gaditanos no tardaron en volver a pegar un golpe sobre la mesa. En el minuto 46, Sergi Guardiola lograba ampliar ventaja, con una gran jugada individual del ‘Pacha’ Espino. El cadismo explotaba de felicidad ante el tercer gol del delantero recién fichado en la ventana invernal del mercado.

Cuando todo iba viento en popa para los de Sergio González el equipo blanquinegro iba a lograr recortar distancias en el marcador, consecuencia de un error garrafal de Ledesma que aprovechaba Samu Lino para poner el 2-1.
Ambos técnicos hacían movimientos en sus respectivos banquillos. En el lado local ingresaban al terreno de juego Jorge Meré y Theo Bongonda por Fali e Iván Alejo. En el conjunto valenciano, Baraja retiraba a Yunus Musah y Comert, dando entradas ofensivas a Samu Castillejo y Diego López.

Los ches empezaban a sentirse muy cómodos tras el gol de Samuel Lino. El equipo dirigido por el “Pipo” Baraja cogía oxígeno y empezaba a causar miedo en las gradas del Nuevo Mirandilla. La primera ocasión clara fue un tiro lejano de Moriba que se marchaba cerca de la portería de Conan Ledesma.
Pasada la hora de juego cuando el conjunto local tuvo un buen acercamiento a puerta con un zapatazo de Theo Bongonda, que sería despejado por el guardameta Mamardashvili.
Sergio González volvía a mover el banquillo para dar más orden defensivo al equipo, dando entrada a Rubén Alcaraz y Momo Mbaye. Ingresaban al verde por Raúl Parra y Chris Ramos. El cuadro de Mestalla hizo lo propio, salía del terreno de juego Nico González y entraba el canterano Javi Guerra, que venía de convertirse en héroe en la pasada jornada ante el Valladolid.

Las internadas por la banda de Samuel Lino eran constantes, el extremo ponía en apuros a la zaga amarilla a base de centros colgados al punto de penalti. Los de Baraja lo intentaban con todas sus armas, incorporando al campo a Edison Cavani para arañar un punto.
Corría el minuto 87 en el cronómetro cuando el Valencia dispuso de una ocasión clarísima; un remate de cabeza en el punto de penalti de Diego López hacía volar hasta la misma escuadra a Conan Ledesma, que despejó la pelota con una estirada magistral. El argentino renacía de sus cenizas, como si fuera un “Ave Fénix”, tras su error al inició de la segunda mitad.

El conjunto valencianista lo siguió intentando y dispuso de la ocasión más clara de la segunda mitad. Momo despejaba un disparo de David López, que cayó en las botas de Castillejo, quien batió a Ledesma, pero la presencia del ‘Pacha’ Espino evitó que la pelota subiera al marcador.
Tras seis minutos de angustia, De Burgos Bengoetxea indicaba el pitido final, dando lugar a la victoria cadista. La afición amarilla explotaba de felicidad ante la victoria de los suyos. Tres puntos que sirven para coger aire y estar más cerca del objetivo, la permanencia.
