El central alemán llegó a encararse con un sector de fondo sur.
Con el partido finalizado, Rudiger se acercó a la tribuna del Nuevo Mirandilla para darle su camiseta a un fan madridista, mientras era increpado por la afición amarilla. Posteriormente, se encaró y dedicó algunos gestos amenazantes hacia ellos. De camino al túnel de vestuarios, Rubén Alcaraz le recriminó la forma en la que había actuado.
El ambiente estaba tenso por una acción en la segunda mitad en la que el futbolista alemán no tiró el balón fuera por la lesión de Chris Ramos. Además, tampoco lo ayudó cuando el jugador gaditano hacía ver que se le habían subido los gemelos. A partir de esa acción cada vez que el jugador tocaba el balón se escuchaban pitos hacia él.
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